lunes, 7 de octubre de 2013

UNA TERAPIA PELIGROSA

Disculpadme pero ya hace tanto tiempo desde la última vez que nos vimos que me cuesta miraros a los ojos. Espero de verdad que podáis perdonarme. Más que un “blog de actualidad”, algunos ya lo tachan de “red social desatendida” aunque a mi parecer, yo prefiero llamarlo “Mi rinconcito; el nuestro, el de todos”, donde se comparten  pensamientos, diferentes ópticas de un prisma, donde es el  “yo interno” el que suspira, el que transmite las palabras.

Tenéis que perdonarme, porque ese sencillo ejercicio, el de escuchar, se ha mantenido oculto éstas últimas tres semanas. El ruido del día a día impedía escucharlo; el estrés hacía imposible encontrarlo… como si del ojo del huracán se tratase, donde aparente tranquilidad coexistía con un ambiente enrarecido y donde apenas podía discernirse el día de la noche. Pues  bien: he de reconoceros que éstas últimas tres semanas he sido esclavo de ese día a día. Siendo discípulo de la propia vida, incapaz de autodirigirme. ¿saben que he conseguido?  Perder tres semanas de mi vida.

Les aseguro que el haberlas perdido, me ha permitido volver a reencontrarme con ese niño del que nunca debí deshacerme.

Una terapia peligrosa, para los que muchos no hayáis visto la película, cuenta la historia de uno de los gangster más poderosos de Nueva York: Paul Vitti (interpretada por el gran Robert de Niro). Paul Vitti ha crecido en el mundo de la mafia y ha sido preparado para asumir todo tipo de responsabilidades. El problema nace cuando llegado el momento de dirigir a la gran familia, empieza a tener problemas de respiración: no puede dormir, se muestra distante, preocupado, y sufre ataques de pánico por el miedo a enfrentarse a su realidad. Para ello necesitará la ayuda del psiquiatra Ben Sobol (Billy Cristal), quien le ayudará a encauzar nuevamente su camino.

Este post nos va a ayudar a reencontrarnos nuevamente en el camino. El 8 de octubre de 1985 nació un pequeño “principito” al que espero que entre todos juntos podamos encontrarlo. Cada uno de vosotros tenéis un principito con una fecha diferente. Este es nuestro yo interno, con sus miedos, sus sueños, inquietudes y quien debe emerger nuevamente a la superficie y anteponerse su magnifico hilo de voz, al estruendo ruido de la sociedad.  

Dicen los grandes sabios, que para tener problemas no hace falta pedir ayuda: es una pérdida de tiempo. Es mucho más sencillo sonreír a la vida y afrontar con ACTITUD los problemas porque, como dicen otros grandes sabios (en este caso mis padres) el único  problema que no tiene solución en esta vida es la MUERTE y todos, cada uno de nosotros, hemos de pasar por esa etapa. Entonces: ¿por qué anticiparla?.

Tras éste periodo sombrío, gris y triste de ánimo y de apariencia “loser” de tres semanas, me ha servido para darme cuenta que por muy largo que sea el Túnel, al final siempre está la luz y qué llegados a este punto, ¿Porqué ver los toros desde la barrera, pudiendo bajar a la arena a enfrentarse a ese Toro, para el que llevas toda tu vida preparándote?

En álgebra dicen que una operación binaria es conmutativa cuando el orden de los factores no altera el producto. Si ese factor lo trasladamos a la vida, a la ciencia social, nos daremos cuenta que dicha combinación no cumple. Veámoslo por ejemplo en este juego de dos palabras: VIDA-TRABAJAR. Obviamente no es lo mismo trabajar para vivir, que vivir para trabajar.

Como bien decíamos antes, la MUERTE es una etapa por la que cada uno de nosotros hemos de enfrentarnos. En vez de verlo cómo algo negativo, hay que darle la vuelta y plantearlo como la oportunidad que tenemos de VIVIR y de hacer cosas, INDEPENDIENTEMENTE de la longitud del camino, pues a éste tenemos que ofrecerle calidad. El tiempo no es cuantitas sino cualitas. Tenemos una maravillosa oportunidad de cambiar el rumbo y  dejar huella.

Discúlpenme la redundancia en mis palabras, pero yo elijo “pasar por la vida” y ser yo el propio director quien de sentido a esta  maravillosa sinfonía. Convierta mis acciones en fantásticas  notas musicales dibujadas en el pentagrama..

Siempre daré las gracias a mis profesores no por enseñarme la tabla  de multiplicar, el tratado de Masstricht, las políticas Monetarias o el verbo to be, sino por regalarme la verdadera razón a qué todo en la vida puede cambiarse y para ello siempre habrá una primera vez. Si no, que se lo pregunten a Dick Fosbury: el primer saltador de listón que utilizó una técnica diferente para saltar y pasar el listón. Él, lo hizo de espaldas.

"Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Si tienes un sueño debes protegerlo. Si alguien no puede hacer algo te dirá que tú tampoco puedes. Si quieres algo ve tras ello. Punto"