miércoles, 20 de noviembre de 2013

CITIZEN KANE: CUESTIÓN DE PERCEPCIÓN

Cuenta un proverbio chino que donde “El benévolo ve benevolencia, el sabio ve sabiduría”, tan sólo es cuestión de percepción y de la dimensión óptica seleccionada. Sencillo de resumir cómo mostrar que “personas distintas poseen puntos de vista diferente”.

En la historia de William Randolph Hearst (inventor de la prensa sensacionalista), según la cara del prisma utilizada, puede ofrecer una visión ¿distorsionada? ¿diferente? o solamente distinta a la de otros ojos, fracaso o éxito solo dependerá de la percepción. 

Una afición desmesurada por poseer cuantos más objetos posibles, con palacios, obras de arte, incluso un monasterio cisterciense de Santa María la Real en Segovia que su ansia de poder, le llevo a trasladar piedra a piedra a su país natal,…todo un lago camino hacia el ¿éxito o fracaso?

Realidad o ficción, “Ciudadano Kane” (película estadunidense  de 1941 escrita, producida y protagonizada por Orson Welles) relata y examina la vida y legado de Charles Foster Kane, basado en el magante de la prensa William Randolph. Narrada a través de “flashbacks”, la historia se centra en la investigación de un periodista que quiere conocer el significado de la última palabra que mostró el magnate antes de fallecer: Rosebud.

Los flashback revelan que Kane pasó su niñez en la pobreza, y que fueron unas tierras aparentemente sin valor que su madre poseía, las que se convirtieron en “la tercera mina de oro más grande del mundo”. En una vida de éxito empresarial y de grandes adquisiciones, el investigador no desvela finalmente el enigma de Rosebud,  algunos especulan con que puede ser una pertenencia de la infancia, una referencia a la única verdadera etapa de su vida cuando fue feliz. Es sólo al final de la película cuán se revela al espectador su <<significado>>.

Al otro lado de la pantalla, sólo uno mismo puede describir sus propias sensaciones y sentimientos, nosotros cómo simple caras del prisma, público espectador de la función tan solo interpretaremos en función de cuál sea la percepción. En el anterior post compartíamos un pequeño fragmento de Elisabeth Kübler-Ross de “La Rueda de la vida” sobre el éxito, el cual citaba: “Es muy importante hacer lo que de verdad importe. Sólo así  se podrá bendecir la vida cuando la muerte esté cerca”.

Hablar de éxito o fracaso es tan solo cuestión de percepción, lo que diferencia a un Optimista de un pesimista o victimista es sólo la propia interpretación de las circunstancias. La oportunidad de la circunstancia es la propia conveniencia de lugar y tiempo. Vivir rodeado de circunstancias inoportunas es la excusa ideal para no abandonar su posición de pesimismo y manifestar continuamente sus síntomas.

Les voy a contar  un pequeño  secreto: Durante mi etapa universitaria, uno de los muchos profesores de economía que tuve la oportunidad de conocer, confundía continuamente el término prudencia con pesimismo,…porque siempre estaba diciendo, que para el buen funcionamiento de una compañía “Pon al mando a un pesimista”, a lo que yo internamente respondía: “Yo ni le cojo el teléfono” (Al pesimista).

Vivir las circunstancias como amenazas o cómo oportunidades es cuestión de elección, de percepción selectiva de nuestro inconsciente. El término “percepción”  se refiere a la información suministrada por los sentidos que queda almacenada en el cerebro y simultáneamente produce cierta actividad física y mental en el receptor.

Según Joseph Thomas Klapper, la percepción está parcial o totalmente determinada por una rutina en la que se fijan los estímulos con sus necesidades. Si el receptor se expone a cierta información a la que no es afín, modificará mentalmente su contenido para adaptarlo a su punto de vista.

En definitiva la interpretación que adjudique nuestro inconsciente, dará como resultado final el color, la intensidad y  el grado de probabilidad de la escena o circunstancia que se nos ofrezca.

Cómo en anteriores post, a veces la matemáticas demuestran que 2+2 no son 4, y que el orden de los factores en determinadas ocasiones alteran el producto, porque no es lo mismo. << Si no lo veo, no lo creo>> que  <<Si no lo creo, no lo veo>>, porque si no crees, seguro que no podrás verlo. Lo dicho,.. ”Pon un OPTIMISTA en tu VIDA”


miércoles, 6 de noviembre de 2013

CARROS DE FUEGO: ¿ÉXITO A CUALQUIER PRECIO?

Décadas atrás y todavía mantengo intactas en el procesador del subconsciente, aquellas imágenes narradas sitas en los juegos olímpicos de París de 1924 sobre el triunfo de dos corredores británicos, que reflejaba la grandeza del esfuerzo y la competición. Cómo en la vida real ambos protagonistas, excepcionales corredores, cada uno tenía sus motivos diferentes para correr, tan diferentes cómo sus pasados, su creencias  o cómo su propio concepto del triunfo.

¿Quién no recuerda la banda sonora de esta magnífica película? ¿A caso no podría usted tararearla? Y si le pongo la imagen de dos atletas corriendo a cámara lenta, ¿Ahora sí?

En éste nuevo post, aquí en nuestro rinconcito, hoy nos toca ofrecer una visión sobre la competencia. ¿Sana? ¿Necesaria? ¿El fin justifica los medios? ¿Éxito a cualquier precio? Carros de fuego nos permite realizar un paralelismo valorando la vida no sólo la personal sino también la profesional como una carrera de obstáculos a largo plazo. Si nos centramos en el plano profesional, la competencia mejora a las personas, haciéndolas mejores profesionales ¿Siempre?

En “Glengarry Glen Ross” película de 1992, basada en la obra teatral de David Mamet,  narra el día a día de unos trabajadores de una inmobiliaria y sus distintas formas de entender cuál es el mejor camino de alcanzar el éxito.

En ésta inmobiliaria se lanza un reto muy tentador para todos los empleados. El “Numero 1” en ventas, “el mejor vendedor” o  “The Winner” será recompensado con un flamante “cadillac”, el segundo más eficiente con un juego de cuchillos y el que menos ventas realice en ese periodo será despedido. Cada uno de los vendedores reacciona de distinta forma ¿Os lo podéis imaginar? Empiezan a tenderse trampas y en pensar la manera de vender, incluyendo el robo de fichas o tarjetas de presentación de los clientes, para conseguir el éxito.

Cuando la ficción supera la pantalla y se convierte en realidad y lo profesional comienza a dañar lo personal, se convierte en una competencia desleal o insana, pero cómo decíamos al principio la vida es una carrera de obstáculos a largo plazo y nuestras mejores zapatillas para correr y saltar son; <<ACTITUD>>.

Un buen amigo mío que trabajaba en ventas me comentaba su día a día en el trabajo y  cómo su propio equipo ni le dirigían la palabra; ¿A qué olían? ¿MIEDO? ¿ENVIDIA?, en cambio mi amigo prefería perder el tiempo en encontrar la fragancia de sus sueños. Su mejor Valor añadido: <<TRABAJO>>

 En esta competición profesional: ¿Sólo importan los números? ¿Y el trabajo? ¿No es cortoplacista esa visión? En mi humilde opinión, los números sólo soportan el presente y pasan hambre en el futuro ¿Se nos olvidó la fabula de la hormiga y la cigarra? El tiempo es sabio, no por la longitud sino por la razón

Compartiendo ocio y dosis de optimismo de psicología emocional con “La Brújula interior” de Álex Rovira, tuve la oportunidad de encontrar una magnífica definición del éxito en una mención a Elisabeth Kübler-Ross en “La Rueda de la Vida” que quise compartir con mi amigo y ahora con todos vosotros: <<Es muy importante hacer lo que de verdad importe, sólo así podré bendecir la vida cuando la muerte esté cerca>>

Recordad, no importa cómo empecemos sino cómo terminemos y lo maravilloso no será la longitud sino la calidad del tiempo es por ello que el fin no justificará jamás los medios y que el mejor uniforme para enfrentarnos a esta carrera será: TRABAJO, ESFUERZO, ENTREGA, DEDICACIÓN y sobre todo OPTIMISMO es por ello cómo bien decíamos antes, que el mejor calzado: <<ACTITUD>>


Cuanto más alto sea el muro mayor será nuestra sonrisa, porque mayor será el logro alcanzado. Lamentándolo mucho he de dejaros “momentáneamente” porque tengo que seguir buscando la dulce fragancia de mis SUEÑOS…pero tranquilos el mercado es muy pequeño y estoy completamente seguro que tendremos el placer de volver a vernos. HASTA LA PRÓXIMA!!