lunes, 20 de mayo de 2013

¿CUESTA GANARSE LA VIDA?


Una vez más, me encuentro preparando las maletas para mi regreso a la capital de España tras un fin de semana agotador pero especial, lleno de emociones y en el cual dos grandes amigos míos se daban el "sí quiero". En estos momentos multitud de imágenes y recuerdos te vienen a la cabeza. Por ello, me voy a tomar la licencia de compartir con todos vosotros una pequeña reflexión, dejando de lado los planes de pensiones, el ahorro y los fondos de inversión. 


Antes de acudir a la oficialización de la ceremonia,  decidí dedicar la mañana del sábado para mí. Compartir silencios y escuchar los ruidos internos. Qué mejor acompañante que un buen libro y una terraza soleada. Desde esa pequeña ventana uno puede observar no sólo estamos nosotros en el mundo sino que hay más personas a las cuales no conocemos, con sus problemas, inquietudes, miedos y sueños que cumplir. Pero, sobre todo, esa pequeña ventana te permite escuchar (que no ser cotilla, ojo).


((((((Hermetizado en uno mismo en la búsqueda del yo interno, del niño qué cada persona posee, "ese gran tesoro" que permite recuperar la memoria perdida de nuestros anhelos y la dirección de nuestras vidas.))))))))))


¿Tenemos que ganarnos la vida? ¿Debemos pagar un alto precio por vivir?¿Acaso estamos locos? Una frase frecuentemente utilizada hoy en día, es la de "Yo me gano la vida..." ¿Qué quiere expresar? ¿La vida es sufrimiento? El hecho de que una opinión la comparta mucha gente no es prueba concluyente de que no sea completamente absurda, afirma el señor Bertrand Russell.


Cada segundo, cada minuto, cada mañana que vivimos es un momento nuevo y único. Un momento que jamás volverá. En Psicología existe el principio de primacía aplicado a la fuerza de ventas el cual nos dice que no existen segundas oportunidades para crear una primera buena impresión. La ley de los 59 segundos; será muy fácil proyectar esa imagen pero muy difícil poder cambiarla. La que percibo en mi entorno, es que millones de personas (dícese los afortunados) van cada día a trabajar con tristeza y resignación para salir de su desgraciada circunstancia, sin otra esperanza que acertar "El Gordo", "La lotería de la Navidad" o "La Primitiva" para llegar por vía rápida a la felicidad. 


Créanme: los atajos rápidos NO existen. Eso se conoce como SUERTE y lleva implícita la aleatoreidad. Tal cómo viene se va, sin decirte adiós (y mucho menos sin mirarte a los ojos).
Anuncia un proverbio mahorí, que nadie en esta vida necesita ayuda para tener problemas. Dicho de otro modo, somos dueños de nuestro propio destino, de nuestras palabras y de las acciones que irán marcando nuestro camino. La complejidad de la vida de cada uno dependerá de si mismo, de la vocación, del estrés, del énfasis que pongamos en ella.
 
 
La madurez es un grado de firmeza, de visión, de capacidad... pero también de miedos, que no aparecen cuando eres niño, un niño con "sueños". Para muchos adultos, estos miedos proyectan equívocamente la inexperiencia o lo calificarán con el término "pájaros en la cabeza". Pero a ese niño, sin embargo, nada le importará más que alcanzar sus sueños, independientemente del grado de dificultad para conseguirlo. Si yo hubiese hecho caso a todas aquellas personas que calificaban mis metas y mis sueños de "pájaros en la cabeza", no me habrían permitido luchar por todo aquello anhelado. No soy de los que creen en la suerte por aleatoriedad, si no en la búsqueda de ella, creándola cada día con trabajo y esfuerzo. La vida no tiene que ser ganada, porque es ganada desde el momento en que nacemos y a partir de ahí, tenemos la oportunidad de hacer un camino: Nuestro Camino. No he llegado hasta aquí para observar cómo pasa la vida, ¿Y tú?


Para cerrar esta reflexión deseo compartir con vosotros un breve texto de Walt Whitman:


<<Quédate hoy conmigo,
Vive conmigo un día y una noche,
Y te mostraré el origen de todos los poemas.
Tendrás entonces todo cuanto hay de grande
En la Tierra y el Sol
Y nada tomarás ya nunca de segunda ni de tercera mano,
Ni mirarás por los ojos de los muertos.
Tampoco contemplarás el mundo con mis ojos,
Ni tomarás las cosas de mis manos.
Aprenderás a escuchar en todas las direcciones
Y dejarás que la esencia de la vida se filtre por ti>>

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