Hace mucho tiempo mi abuela fue una niña pequeña, aunque la pobre apenas lo recuerda, es por ello que nunca debemos de olvidar que todas las personas mayores que habitan en este mundo fueron al principio niños, aunque son pocas las que apenas lo recuerdan y que un día tuvieron sueños e ilusiones por las que luchar cada día, verdaderos argumentos por los que seguir esforzándose.
Cuando hablo de adultos no hablo de edad, sino de vitalidad y espíritu. Si sois capaces de cerrar los ojos por un momento lograreis escuchar a vuestro alrededor cómo el mundo esta repleto de personas adultas o mejor dicho “de ánimo maduro”.Una frase muy célebre que nos regala el “Principito” dícese así: “Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones”.
El autor de este humilde blog, conocido como el economista endeudado tiene la suerte de poseer con 27 años un ánimo inmaduro, con la misma ilusión por seguir viviendo soñando, continuar soñando despierto y por pensar que los sueños se hacen realidad, como bien decía una buena amiga mía: ¿Porqué marchar del País de nunca jamás?
Como podéis comprobar hoy he decidido, compartir con todos vosotros una de mis obras favoritas “Le Petit Prince”, la obra más famosa del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry. Muchas personas cometen el error de catalogarlo como un libro infantil, pero va mucho más allá, posee observaciones profundas sobre la vida y la naturaleza humana, pero para ello es necesario cerrar los ojos, compartir un silencio de tiempo infinito e inesperado y de esa manera encontraremos la manera de encontrar a nuestro “Yo interno”.
A los mayores les gustan los cálculos, hacer sus números, sus valoraciones. Cuando se les habla de una persona, quizás de un nuevo amigo, jamás preguntan lo verdaderamente esencial del mismo, siendo sinceros nunca he escuchado a nadie preguntar ¿Cuál es el tono de su voz? ¿Sus aficiones? ¿Le gusta ir en bicicleta los domingos?, pero en cambio si he escuchado preguntar ¿En qué compañía o firma trabaja? ¿En qué colegio estudió? ¿Cuál es su banda salarial? Pero oiga usted señor adulto, ¿Acaso cree usted que pude llegar muy lejos en línea recta?. Esos adultos de los que habla el principito creen que con las preguntas que suelen realizar conocen a la persona a la perfección.
Uno de mis capítulos preferidos que pienso compartir el día de mañana con mis hijos, habla del verdadero sentido de la amistad, la esencia y necesidad que tenemos el ser humano de relacionarnos. Esa es la historia que protagoniza el zorro y el principito en la que <<Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado, y el tiempo que perdiste, hace que ello sea tan importante>> He aquí un pequeño fragmento….pero antes de nada nunca olvideis que << Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos>>
Y entonces apareció el zorro: “Buenos días”
“Buenos días, Quién eres? Eres muy lindo”: respondió el principito
“Soy un zorro”
El principito le invitó que fuese a jugar con él, que estaba triste..
El zorro le contesto que no podía jugar con él porque no estaba domesticado
¿Pero qué significa domesticar?
Crear lazos!! “Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a mil muchachitos más y no te necesito, y tampoco me necesitas, no soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros, pero en cambio si me domesticas, ambos tendremos necesidad, serás para mí único en el mundo y yo lo seré para ti.
El zorro continuaba diciendo: “Mi vida es monótona, cazó gallinas, los hombres me cazan, todos los hombres se parecen y todas las gallinas se parecen entre sí, por lo que me aburro un poco”
“Si me domesticas, mi vida se llenará de sol, conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros (Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra), el tuyo me llamará fuera de la tierra, mis oidos se llenarán de música”. Mira!! ¿Ves allá los campos de trigo? Yo no como pan, para mí el trigo es inútil, los campos de trigo no me recuerdan a nada, pero en cambio cuando me hayas domesticados, tus cabellos son de color oro y cada vez que vea el campo será maravilloso y amaré el ruido del viento en el trigo”
Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos
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