Ante la inminencia del diluvio, una criatura desconocida
y extraordinaria pedía humildemente ser aceptada en el Arca. Aquel animal
fabuloso de aspecto equino, antílope, con barba de “chivo” y un cuerno que
sobresalía de su espesa crin en la frente, dejó enmudecido a Noé. Jamás había
visto algo igual, tan excepcional e increíble al mismo tiempo, pero eran los libros
antiguos, los que ya venían describiéndolo.
Cuenta la tradición que, una vez finalizado
el diluvio, Noé envío al unicornio a comprobar si verdaderamente había bajado
el nivel de las aguas. Cuán aquel maravilloso comenzó su aventura, al pisar con
una de sus relucientes blancas y largas piernas, comenzó
a hundirse. Ante la cercanía de la muerte rogó a dios por su vida y éste lo
transformo en un narval, dejándolo conservar “El Cuerno” como memoria de un pasado que desaparecería en el
océano del tiempo.
Fantasía, cuento o
fábula, el
unicornio fue el ser mitológico por excelencia, tratándose de un animal mágico,
de carácter noble, puro y espiritual. En cambio hoy en día son muchos los
cuentos y fábulas que inundan nuestra vida, sustituyendo a ése maravilloso
corcel que, muchos son los que dicen
haberlo visto y pocos lo que verdaderamente alcanzaron la oportunidad. La fábula de hoy; “Una Arquitectura Abierta en mi entidad”.
¿Cámara? ¿Listos? Acción!!. La nueva
temporada de:”La que se avecina, en mi
entidad financiera” ya ha comenzado, ¿Con qué nos sorprenderán nos
preguntamos nuevamente?. Hay que reconocer que estos guionistas de la serie se
exprimen continuamente su cocotera. En la primera temporada, allá por el siglo XVII nos sorprendieron con la “Tulipomanía”.
Temporadas no muy atrás, finalizado el
capítulo; “Una nómina, una batería de
seis piezas”, con el objetivo de seguir aumentando “share” (o cuota de
pantalla), se les ocurrió la brillante idea de segmentar al telespectador,
ofreciendo diferentes capítulos para distintos públicos en una banda (Banca) : “Personal”, “Premier” y
“Privada” adaptando de esa forma su lenguaje.
La última temporada nos volvieron a
sorprender con un nuevo argumento; INDEPENDENCIA. Plasmaron dicho concepto
a través de varios actores de reparto de “arquitectura abierta”, que ponían
en escena la versatilidad de sus actuaciones.
Fuentes del sector comentan que la serie está
perdiendo bastante cuota de pantalla, como consecuencia de un aumento y
diversidad en la programación a través de series cómo: “Nacimiento de una
EAFI”, “Consolidación de un agente financiero” o “Banca Sostenible”. Yo cómo telespectador les
recomendaría que se centren en su Core
Capital: PÚBLICO; Valorando cuáles son sus necesidades.
Saliendo de
ésta fábula o cuento chino, trasladémonos a ésta, nuestra realidad. Cada
vez son más las entidades financieras las que ofrecen los mismos productos
sofisticados ( De ahí el concepto: Arquitectura abierta). Es una manera de
ofrecer transparencia e independencia en la gestión del cliente. Para todos
aquellos que desconozcáis el término, su misión está basada en ofrecer
productos de otras entidades gestoras.
¿Entonces todas las entidades que ofrecen
“Arquitectura abierta” son independientes? ¿Su gestión está enfocada al
cliente? ¿O por lo contrario no son tan independientes y su gestión está
enfocada a producto (Retrocesión)? Cómo dicen los Americanos “No
Money No funny”. Obviamente la continuidad de cualquier empresa se
sustenta en su cuenta de resultados, pero el modelo de negocio puede estar
basado en margen o rotación.
Con tantos intervinientes, vehículos,
productos parecidos, cómo persona de a pié en éste mundo financiero, les
contaré una pequeña impresión particular. El éxito de una entidad financiera
debería apoyarse: CORE CAPITAL (CLIENTES) – COMMODITIES (ASESORES), ambos
unidos; CONFIANZA y su gestión; enfocada a ofrecer soluciones frente a
necesidades no sólo presentes sino también futuras.
La próxima vez que les digan que la chaqueta
“British” de la entidad que le quieren ofrecer es la mejor (a independencia del pelo
engominado, su perfume o su verborrea
excelente) y que además antes de escucharles les ofrezcan un producto
acuérdense de aquel “Unicornio” y que no les cuenten ningún cuento chino.
Seguiremos hablando de ello. Mientras tanto que; “El último duro se lo
lleve otro”.
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