lunes, 13 de enero de 2014

SATORI: “THE MAGIC MOMENT”





Hace mucho, mucho tiempo, al borde de un camino que conducía a una pequeña aldea de naturaleza desconocida, varios niños que en vez de ir a la escuela, se encontraban jugando con una pelota. Allí, justamente en frente de ellos, había una anciana que frotaba insaciablemente una barra de hierro contra una piedra. Intrigados, le preguntaron:   <<¿Qué está haciendo ahí señora?>> La sabia anciana esbozó una sonrisa repleta de ilusión y contestó: <<Muchachos, estoy frotando este lingote porque quiero adelgazarlo y hacer de él una aguja para coser mi ropa>>

Perplejos ante tal comentario, los muchachos comenzaron a reírse, entre esa multitud de carcajadas y comentarios burlescos, uno de los niños, de naturaleza risueña y curiosa le comentó: <<Señora, ¿Usted no se da cuenta que podría estar malgastando su vida? Jamás conseguirá hacer una aguja con una barra de hierro de ese grosor>>

La anciana sin parar de frotar con una luz dulce en sus palabras le contestó: << Pequeño joven, la froto todos los días y cada día disminuye algo más, entonces habrá un día en que la barra de hierro se convierta en aguja, pero si te soy sincera mi nuevo amigo, mi mayor recompensa no es conseguir la aguja sino la ilusión que me regala cada día mi trabajo al pensar que algún día se transformará>>.

El joven niño enmudeció ante la belleza y profundidad de sus palabras, momentos después pudo recuperar el habla y le suplicó: <<Sabia anciana,  me he dado cuenta de lo que usted verdaderamente posee ¿Podría enseñarme la forma de conseguirlo?>> y ella con una sonrisa de nuevo les contesto: << Ya lo tienes, simplemente ahora no puedes sentirlo, porque tu mente hace demasiado ruido>>

Si valoramos con mayor detenimiento la profundidad de las palabras de nuestra sabia anciana, nos damos cuenta que su verdadera riqueza radica en la alegría de su “Yo interno” y en la profunda e inconmovible paz que le acompaña. Trasladándolo a la vida real, en determinadas ocasiones buscamos fuera de nosotros mismos migajas de placer, satisfacción o amor cuando dentro se encuentra nuestro verdadero tesoro.

Cuenta la historia que los Maestros ZEN describen esa verdadera riqueza interna con la palabra SATORI que representa la comprensión repentina de momento no mente y de presencia de total iluminación, porque se necesita presencia para tomar conciencia, de la belleza y  verdadera importancia.

Desde mi humilde óptica, el tiempo al igual que el amor y la felicidad nos equivocamos al pensar que la esencia del momento se mida en longitud, porque la verdadera belleza se encuentra en la calidad e intensidad del momento que nos permite alcanzar su perpetuidad, porqué cómo dicen los expertos en materia lingüística las palabras no valen más por lo que  dicen sino por lo que dejan de expresar. Esa perpetuidad alcanzada se conoce como  Magic Moment”.

Tan sólo es cuestión de “Timing”  dejar de oír ruido para comenzar a escuchar a ese niño, el yo interno, descubrir la esencia y riqueza, rescatar aquellos sueños que por culpa de miedos creados por nosotros mismos se habían quedado aparcados. Devolver a nuestro olfato el olor de la fragancia del éxito que alberga en nuestro interior que hace que ponga en marcha todos los mecanismos para generar circunstancias.

¿Fracaso? ¿Éxito? Es sólo interpretación, cuestión de optimismo o pesimismo, porque cómo ya saben, “Para tener problemas, no hace falta pedir ayuda”. La vida  es maravillosa cómo para perderla, tenemos la oportunidad y la obligación de ser nosotros los protagonistas.

La primera lección: SILENCIO………


Pd: El post de hoy, está dedicado para todas aquellas personas que cada día persiguen sus sueños y para aquellas, que ya nos dejaron y  entregaron su vida con ilusión y siempre con la mejor de sus sonrisas. Recuerden: “Vivan soñando y sueñen despiertos”.

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