Este
post no va de hacer una crítica a las personas con sobrepeso, con poco pelo o
de cara “pálida” sino de la relajación o acomodación cuando conseguimos el
objetivo deseado, pensando, cayendo en el error de que vas a permanecer igual
para el resto de tu vida. Llevado al terreno profesional, es obvio observar
cómo desde niños nos preparamos, vamos a la Universidad, aprendemos idiomas,
cursamos posgrados, hacemos prácticas hasta que, por fin, llega la oportunidad
de trabajar. Un año después notamos cómo el confort ha llegado a nuestra vida,
nos conformamos convirtiendo toda la ilusión inicial en monotonía y rutina.
Ahora es ansiedad, malas caras... Treinta años después, eres ese marido con
cara triste, que va al trabajo con trajes brillantes que no sabe combinar,
“camisas de manga corta” y corbatas ya
anudadas.
¿Sabéis
qué os digo? Que yo me niego totalmente a convertirme en esa persona. Cada día
en el trabajo daré el 400%. No sé cuánto viviré pero lo haré como si cada día
fuera el último. No he llegado hasta aquí para ahora dedicarme a observar.
Para
concluir la semana os dejo un vídeo para que reflexionemos junto con una frase extraída de la película "En busca de la felicidad" , que cada uno de nosotros deberíamos repetir cada mañana al frente del espejo
Muchas
gracias a todos por seguir este proyecto. He de reconocer que estoy recibiendo
más visitas de las esperadas, así que de nuevo daros las GRACIAS.
“Nunca
dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Ni siquiera yo. Si tienes un
sueño, vé a por él. La gente que no lo consiguió te dirá que no lo lograrás,
pero si tienes un sueño, persíguelo, y punto”
No hay comentarios:
Publicar un comentario